Dibujo el paisaje de tu boca
y me pierdo en el valle de tu espalda.
Pégate a mi piel, amado mío ¡¡
pégate a mi cuerpo que hoy ya es muy tarde,
y quizás mañana no despunte el alba
con la misma intensidad de hoy.
Pégate a mi piel sin demora, amado mío,
viajemos en un rayo desbocado
que me aboquen a mundos infinitos,
a mundos jamás descubiertos,
a mundos jamás soñados.
Pero ven, acércate..
¡ Pégate a mí, por favor ¡!