29/5/09

La gente que me enamora



Apaga la luz, cierra los ojos y escucha ésta voz incomparable, única, cálida y potente a la vez, de uno de los más grandes de la lírica: Pavarotti. Ésta pieza la puso nuestro Pep Guardiola a los jugadores del Barça, minutos antes de enfrentarse al Manchester. La piel se eriza, el espíritu se inunda de una gran paz, aparecen lágrimas en los ojos, provocadas por la inmensa felicidad que produce escuchar sonidos tan bellos y armoniosos. El quiso que sus jugadores salieran al campo relajados, plenos de fuerza y optimismo, con el ser invadido por la sensibilidad que producen melodías tan hermosas. Al sentir ésta pieza, he llorado, pero he llorado de felicidad, de poder disfrutar y nutrirme de una voz incomparable, que hace cruzar casi la meta entre lo divino y lo humano. Así es nuestro Pep, un hombre fuerte y a la vez sensible, un hombre capaz de transmitir mensajes de humildad, trabajo, seriedad y buenas vibraciones. Un hombre único, que ha hecho a su equipo ÚNICO.

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